Órgano de gobierno en la futura norma ISO 37301

ISO 37301

Si entendemos al órgano de gobierno como el encargado de pautar las conductas correctas a seguir en la organización y la relación de esas conductas con las partes interesadas, y deseamos llevar esta función al ámbito del compliance, debemos señalar que lo primero que requerirá la Dirección será propiciar un cambio de mentalidad, pues los esfuerzos empresariales siempre están dirigidos a generar ganancias rápidamente. Por supuesto, la compañía no es un centro de beneficencia y uno de sus objetivos primordiales es ser rentable, pero las nociones de una entidad depredadora que canibaliza recursos naturales y humanos, que es corto de vista – pues siempre mira a corto plazo – y que percibe a la ley como a una molestia de la que prefiere escapar, requieren cambiar. Desechar estos paradigmas nos lleva al cumplimiento y sostenibilidad.

Al integrarse a la sociedad de forma efectiva y consciente – y no como depredador -, mayor será la disposición del órgano de gobierno en cuanto a asimilar y hacer cumplir la ley como una más de las actividades empresariales. Es vital trabajar en una relación normal, de intercambio provechoso y sostenible, entre la compañía y la sociedad.

La sostenibilidad es un objetivo transversal para las organizaciones y sus partes interesadas, si se asume como responsabilidad y no como imposición a la que accede para no ser sancionada, multada o cerrada. No se trata de pretender que se es ético para mostrar una fachada confiable, sino de un comportamiento que es consecuencia de la cultura organizacional. Ello exige que el gobierno corporativo:

• Brinde no solo normas, sino todo un asidero legal, filosófico y conceptual que sirva de base a las reglas que se deben cumplir y haga que exista un mínimo de coherencia que facilite la actuación ética.
• Otorgue una formación que permita que los colaboradores asimilen las leyes, disposiciones, reglamentos y acuerdos como garantes de las libertad, legitimidad, eficiencia y sostenibilidad a largo plazo y no como si se tratara de un proceso engorroso al que hay que sumarse para no quedarse rezagado, en medio de este entorno organizacional cambiante y competitivo.
• Tome en cuenta el contexto en el que opera la empresa, pues las organizaciones no son entidades aisladas, sino que forman parte de un tejido legal, social, cultural, tecnológico, entre otros, de los cuales depende el éxito organizacional. Y la sociedad, a su vez, necesita del éxito empresarial, por lo que se genera una reciprocidad capaz de potenciar la estabilidad económica.
• Promueva la autorregulación, es decir, establezca sus propias reglas de juego en el mercado, fije sus políticas laborales y sus formas de ajustarse a los ecosistemas de la mejor manera, incluso optimizando recursos en su beneficio.
• Ejerza una vigilancia sistemática y concienzuda que ayude a descubrir a tiempo cualquier irregularidad. Para eso amerita crear un corpus regulatorio organizacional formado por los principios, normas y reglas por los que se regirá.
• Instaure una cultura de prevención del riesgo de compliance.
• Se asegure de que se cumplan todas las políticas, estrategias y planes previstos.

Una declaración de principios

Toda organización dada al cumplimiento de sus compromisos legales y voluntarios fija una postura ética ante el mundo. El compliance se vuelve una declaración de principios en que el órgano de gobierno no solo se encarga de prevenir los delitos, sino de velar porque se cumplan los compromisos adquiridos por la empresa, así estos no revistan de carácter legal.

Otra labor relevante del gobierno corporativo es lograr que la responsabilidad del cumplimiento no recaiga en el compliance officer ( o función de cumplimiento como lo menciona la norma ISO/FDIS 37301), pues este profesional lleva el control necesario y hace recomendaciones, estudia tendencias y hace proyecciones sobre las actuaciones aconsejables para la organización, también  participa activamente en la toma de decisiones, pero el cumplimiento es una tarea de todos, una tarea que debe estar liderada por los directivos y ejecutada por la totalidad por los colaboradores, casi inserta en el ADN organizacional, puesto que la transparencia y el cumplimiento son parte de las decisiones estratégicas que debe asumir la compañía para alcanzar el éxito.

El liderazgo del órgano de gobierno (la directiva, los accionistas y los consejos de administración) no solo se preocupa por la satisfacción del cliente, sino que busca cubrir las expectativas de sus proveedores, colaboradores, inversores y otras partes interesadas, con el fin de lograr sociedades más equilibradas y justas.

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