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Protocolo BRC
En el artículo de hoy hablaremos del protocolo BRC y sus aspectos clave. Antes de empezar, debemos decir que las siglas BRC provienen del inglés British Retail Consortium o Asociación de Minoristas Británicos. Esta norma, estrechamente relacionada con la norma ISO 22000 sobre inocuidad alimentaria, fue desarrollada para ayudar a los distribuidores de alimentos a cumplir con las obligaciones que exige la ley sobre la seguridad alimentaria y así garantizar la salud del consumidor.
Al igual que la forma de trabajo o la tecnología cambia, también es necesario que lo hagan las normas que regulan distintas áreas. En este caso, en el artículo de hoy hablamos sobre la séptima edición de la norma, que entró en vigor en julio de 2015 debido a las necesidades actuales.
¿Por qué se ha actualizado la norma?
Es bastante evidente que la industria alimentaria ha sufrido grandes cambios en los últimos años. Esto se debe a diversos motivos, producción y consumo de alimentos transgénicos, globalización que permite que dispongamos de alimentos de cualquier parte del mundo, nuevos tipos de envases y métodos de conservación… Todo esto implica que cada vez sea más necesario llevar un control que garantice la protección del consumidor y, es por eso que se han desarrollado normas como el protocolo BRC o ISO 22000.
En el mundo existen más de 18.000 organizaciones certificadas en el protocolo BRC. No es de extrañar teniendo en cuenta que, en países como España, la industria alimentaria representa aproximadamente en el 18% del PIB y, además, la exportación de este tipo de productos está en continuo auge.
Toda esta continua evolución hace que sea necesario llevar un control exhaustivo para que se cumplan los requisitos legales establecidos por las normativas de los diferentes países. Como hemos dicho anteriormente, esta norma se centra en garantizar la protección del consumidor, pero, va más allá. Ya que, además, también tiene en cuenta la protección ambiental.
Un elemento a destacar es que se publicó en 1998 y que, debido a los evidentes cambios, se ha ido actualizando una y otra vez. Prueba de ello es que la norma ya cuenta con su séptima edición.
Los aspectos más novedosos que nos trae el protocolo BRC son el control de excedentes alimentarios y la gestión del fraude.
Control de Excedentes Alimentarios:
Uno de los principales problemas con los que nos encontramos hoy en día es la superpoblación. Principalmente, se debe a la falta de espacio y ausencia de recursos para mantener a todas las personas. Y, aunque es cierto que cada vez se utilizan técnicas más avanzadas y eficientes que permiten obtener mayor cantidad de alimentos, este sigue siendo un gran problema.
Es por eso que, uno de los aspectos más destacados de esta nueva versión del protocolo BRC consiste en llevar una gestión mucho más eficiente de los excedentes alimentarios para así conseguir reducir lo máximo posible la cantidad de alimentos que se desperdician.
Si están interesados en algunos consejos sobre inocuidad alimentaria, echen un vistazo al artículo sobre las buenas prácticas que se realizan en la inocuidad de alimentos.
Gestión del fraude:
La otra gran novedad que encontramos en el protocolo BRC tiene que ver con el fraude alimentario.
La pregunta es simple, ¿sabemos lo que comemos? De forma general, leemos las etiquetas de los alimentos para saber qué es lo que contiene. Sin embargo, en muchas ocasiones nos encontramos con productos cuyo contenido no coincide con lo indicado en la etiqueta.
Es por eso que, con este nuevo aspecto, se pretende endurecer los controles alimentarios para asegurarse de que el alimento se corresponde exactamente con su etiqueta.
Este aspecto también afecta a los proveedores que traten con materias y envasado de alimentos, ya que deberán pasar por auditorías anuales que garanticen la seguridad de los alimentos.
Además de mayores controles y mejor etiquetado, esta cláusula pretende asegurar la trazabilidad de los alimentos para conocer en todo momento de dónde proceden.
Otras novedades:
Evidentemente, la norma no solo trae estas dos novedades. También se centra en otras que solo mencionaremos como son:
- Limpieza e higiene tanto de los alimentos como del entorno en los que se manipulen, sobre todo centrándose en aspectos alergénicos y microbiológicos.
- Seguridad de lugares de almacenamiento externos que puedan estar afectados por ciertos patógenos si por ejemplo no se mantiene una temperatura apropiada.
- Controles de plagas anuales.
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Estar certificado en normas como el protocolo BRC o la norma ISO 22000 no solo ayudará a proteger la seguridad y salud de los consumidores, sino que, además, mejorará la imagen de su empresa. Esto quiere decir que sus productos tendrán una mayor aceptación por parte de los clientes y otras empresas. Lo que se traduce en más beneficios. No obstante, en algunas ocasiones la implementación de este tipo de normas en la empresa puede ser dificultosa, y más aún si no se cuenta con personal especializado dedicado a ello. Por eso, queremos recomendarles el Software ISOTools Excellece, que le ayudará a simplificar todo este proceso y gestionarlo de forma automatizada.
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