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Norma ISO 14001: Gestión Ambiental
Cualquier organización, independiente de su tamaño, naturaleza o estructura, tiene la posibilidad de acogerse a las directrices de la norma ISO 14001 para la implementación de un Sistema de Gestión ASmbiental. Dicho estándar certifica que sus prácticas van orientadas al cuidado y la preservación de los entornos.
¿Qué es una auditoría ambiental?
La preocupación medioambiental es un elemento cada vez más presente en la actividad de las empresas. Ya no se trata sólo de voluntad de querer preservar los ecosistemas, sino que es necesario que las prácticas en esta materia sean monitorizadas y certificadas para garantizar una verdadera sostenibilidad de los mismos.
Las auditorías ambientales cumplen dicha función. Se trata de sesiones en las que las empresas evalúan su compromiso con el medioambiente y miden el impacto de sus actividades en el entorno en el que operan.
Una auditoría puede ser realizada por el personal de una organización o por auditores externos contratados para tal fin. Sea como sea, lo cierto es que estas sesiones deben apuntar a cuatro objetivos básicos sobre el tema medioambiental:
- Analizar la situación actual de las empresas en temas medioambientales.
- Cumplir con la legislación vigente en la materia.
- Identificar los puntos críticos de las empresas en materia medioambiental.
- Plantear soluciones para corregir las malas prácticas identificadas.
- Elaborar un plan de actuación para evitar futuros fallos.
Principales pasos de una auditoría ambiental
Existen varios tipos de auditorías ambientales. La diferencia entre unas y otras reside en los objetivos que se persigan, la naturaleza de las empresas, los sectores en los que operen, los niveles de riesgo, el tipo de producto comercializado y hasta los planes de gestión de riesgos adoptados de antemano.
Así, por ejemplo, es habitual distinguir entre auditorías de siniestros o accidentes, de situación administrativa, de responsabilidad, de riesgos medioambientales, de impacto de los productos fabricados y de gestión integral, entre otras.
Sin embargo, estas diferencias no impiden que se pueda hablar de un estándar a la hora de ejecutar una auditoría medioambiental. En ese sentido, las tres etapas básicas que se distinguen en un proceso de este tipo, son:
1. Diagnóstico previo:
En esta etapa, que corresponde a la antesala de la auditoría en sí misma, se establecen los plazos, los recursos y se definen los objetivos. Sobre esto último, el equipo auditor debe definir las prioridades del proceso y los métodos que se van a implementar para la obtención de los resultados. Tanto si el equipo auditor es interno o externo, todas las áreas de la empresa deben cooperar con él y suministrar la información necesaria para el avance del proceso. Otros elementos de esta etapa son:
- Selección de un equipo auditor cualificado para adelantar las tareas.
- Asignación de tareas y responsabilidades.
- Planteamiento de hipótesis sobre la situación actual de la empresa.
- Diseño de cuestionarios (cuando haya lugar a ello).
2. Ejecución:
La ejecución tiene como principal objetivo la búsqueda y recopilación de la información que permita saber el nivel de compromiso de las empresas en materia medioambiental. El equipo auditor realiza visitas presenciales y toma muestras y analiza la situación en temas jurídicos, legales y operacionales. La ejecución de divide en:
- Identificación de actividades: con base en el diagnóstico inicial, el equipo auditor define las actividades que formarán parte del proceso como tal. Este criterio responde a las prioridades de cada organización.
- Auditoría: las actividades planteadas en la identificación se llevan a cabo y el equipo auditor recoge las pruebas y las analiza. Parte del éxito de este momento radica en la sistematización de los datos.
3. Resultados y conclusiones:
Finalmente, el equipo auditor analiza la información y redacta un informe que recoja las observaciones, recomendaciones, estimaciones y conclusiones correspondientes. El informe, además, debe contener una propuesta de mejora que incluya prácticas a corto, mediano y largo plazo para la organización.
Beneficios de un Sistema de Gestión Ambiental
Implementar un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) es un valor añadido para las empresas. Además de alinear sus prácticas a las legislaciones vigentes, certifica que sus prácticas están encaminadas al cuidado y preservación de los ecosistemas y que no son nocivas para los entornos en los que operan.
ISOTools es una herramienta digital que ayuda a optimizar la implementación de un SGA en cualquier organización. Sus múltiples recursos facilitan la automatización y la monitorización de las prácticas destinadas a tal fin.
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